"Hubo momentos el año pasado en que un tercio de las viviendas a la venta en Sant Cugat procedían del alquiler", indica el director general de Amat Immobiliaris, Guifré Homedes
Uno de los efectos que ha traído consigo la entrada en vigor de la ley de vivienda en España es, para bien y para mal, que los contratos de alquiler se han alargado. Así, ante la falta de oferta de pisos para arrendar, la duración media de los contratos de alquiler ha pasado a ser de casi cuatro años, concretamente de 3,92 años, y la rotación o cambio de inquilino se sitúa por debajo del 10%, cuando entre 2006 y 2021 la media superaba el 20%, según datos que ha facilitado este martes la firma Amat Immobiliaris. "La cifra de propietarios que no renuevan a sus inquilinos es pequeña, pero un 53% de los que deciden no prorrogar los contratos alegan que lo hacen para poner ese inmueble a la venta", ha explicado Guifré Homedes, director general de la empresa. El resto, ha agregado Homedes, argumentan que es para destinar ese piso a sus hijos. "En localidades como Sant Cugat, hubo momentos el año pasado en que un tercio de los pisos a la venta procedían del alquiler", ha indicado.
La constatación del responsable de Amat Immobiliaris, a partir de los datos recogidos por la compañía a lo largo de 2024, vendría a confirmar la tesis de aquellos que aseguran que muchos de los inmuebles que han desaparecido del mercado del alquiler han pasado al de compraventa, en respuesta a la, según sostienen, la inseguridad jurídica que ha provocado la ley estatal y las medidas de contención de precios. En contra de esta lectura, la Generalitat (y también el Ministerio de Vivienda) apunta a que estos pisos se han pasado, en cambio, , un segmento que urge regular.
Sea como fuere, Homedes ha reiterado este martes que el mercado de alquiler ha continuado marcado por la escasez de viviendas y un contexto muy difícil, en el que los propietarios buscan "el mejor candidato" por la "poca oferta que existe". Este hecho ha provocado un aumento de los contratos de alquiler a extranjeros, que ya representan el 59% de las firmas de nuevos arrendamientos en Barcelona en 2024, de los que un 44% son europeos y un 39% americanos. Según la bolsa de clientes de esta empresa familiar, los contratos de alquiler se redujeron el año pasado en un 18% y ya acumulan un retroceso del 43% en dos años. Los precios han disminuido, según Amat, un 1,8%.
Faltan inversores
Muchas de las viviendas que venían del mercado de alquiler se han vendido a compradores con 'golden visa', ha indicado el director general, que ha indicado que se formalizaron a favor de ciudadanos extracomunitarios. "Eso no significa necesariamente que haya más extranjeros interesados en comprar pisos aquí. Significa que ante el alud de candidatos que se presentan cuando una vivienda se pone a la venta, los extranjeros son los que aseguran al vendedor, o al arrendador en el caso del alquiler, que no habrá problemas con los pagos, porque sus ingresos suelen ser superiores".
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